La
inteligencia emocional consiste en tener
conciencia de las propias emociones, los sentimientos y el momento en el que ocurren,
por lo que es importante reconocerlos, aceptarlos, y expresarlos de forma asertiva.
Un ejercicio importante en el salón de clases
consiste en que los alumnos describan lo que sienten y lo que les provoca
ese sentimiento para identificarlo y
llamarlo por su nombre. Hay sentimientos como la ira, el enojo, la vergüenza, la tristeza, el
temor, la confianza, la alegría, la
felicidad, la sorpresa o la tranquilidad que deben ser reconocidos para expresarlos de manera apropiada.
Una
vez que el niño reconozca sus sentimientos y los exprese de manera pertinente, podrá regular, poco a poco, sus
sentimientos y acciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario